martes, 17 de julio de 2007

La mano en el inodoro.

Ayer por la tarde se concretó lo que muchos preveíamos. Felisa Miceli renunció a su cargo de Ministra de Economía y Producción de la Nación, finalmente. Como ya se sabe, fue a causa del misterioso sobre de papel madera allanado en el botiquín del baño de su despacho, el cual contenía, según distintas fuentes, 30 mil dólares y 100 mil pesos. Al parecer los pesos estaban envueltos en papel de plástico para refrigerar, y aún permanecían con la faja de salida del Banco Central de la República Argentina.
Todo muy misterioso. Lo cierto es que el sobre estaba, y la situación, el contexto en el cual se allano el mismo, es por demás extraña y comprometedora.
El gobierno actuó ágilmente pidiéndole la renuncia (todos sabemos que no renunció por su propia voluntad), y nombrando en el decreto siguiente al de la aceptación de la renuncia al nuevo Ministro de Economía JORGE REMES LENICOV. No!!!..,Chiste!...cuac!. Miguel Peirano.
Todo el movimiento gubernamental que se llevó a cabo ayer me lleva a pensar que se realizó un inmediato movimiento, rápido y fugaz, intentando demostrar cuan desligado se encuentra éste gobierno de la supuesta actuación fraudulenta de Felisa Miceli. Como para que todo parezca una estrella fugaz y nada más.
Lo negativo ya lo tenemos. Es el sobre encontrado en el baño, con el fajo del BCRA.
Lo positivo?. Aunque muchos se empeñen en comparar a ciertos actos de este gobierno con el menemato, siento mucho desilusionarlos a todos ellos. No solo no debemos olvidar que cosas como éstas ocurrían a montones en esa época, sino que además, sucedían, y la justicia siquiera se movía. Y no solo eso, sino que las renuncias de los funcionarios “ensuciados” nunca llegaban al despacho del en aquel momento señor presidente de la república, al cual no vamos a nombrar, con el objeto de que a los lectores no se les desconecte Internet y se les reinicie la máquina como por arte de magia.
No hay mucho más que agregar, salvo el dar mi opinión personal sobre el tema, la cual es que:
- Lo que hizo Felisa Miceli, que ella lo denominó como una “torpeza, error, pero no un delito”, a mi me parece un acto sumamente dudoso, el cual no me animo a pre-juzgar, pero si admito que estoy un tanto más cerca de creer que cometió un ilícito, del creer que haya cometido tan solo una idiotez o una terrible imbecilidad, como ella habría admitido. ESTA BUENO que se la investigue, y que mediante su renuncia haya quedado en igualdad de condiciones con todos los demás acusados por delitos económicos que hay en la argentina (Prrrrrrrrrr, cuac, otro chiste).
- Respecto a la conferencia de prensa que dio el Jefe de Gabinete, Alberto Fernandez, para anunciar la renuncia de Felisa Miceli, debo reconocer que me dio profundo asco. No solo porque el cinismo y la personalidad altanera de don Anibal me tienen las bolas hinchadas, sino además porque su actitud de levantarse del asiento cada dos por tres al terminar de responder una pregunta como intentando decir “me quiero ir, tengo ganas de cagar” me pareció sumamente innecesaria. Con la escasez de conferencias de prensa que brinda este gobierno me parece que aunque sea no “caretearla” un poco en ésta, hunde más al gabinete a la hora de hablar de su nivel de “tolerabilidad”, del cual suelen hablar muchos sectores de la política Argentina, incluidos algunos pertenecientes a células dormidas, como ser, De la Rua, Cachanosky, la Bullrich, y varios especimenes más. En lo personal hubiese preferido que directamente el Jefe de Gabinete dijese “Bueno muchachos, los dejo, me tengo que ir a cagar”, pero no solo pensarlo. Si así hubiera sido…y…estaríamos ante una actitud muy sincera. No habría porque elaborar una crítica. De todas maneras quiero dejar en claro que aunque hubiese tomado esa actitud, me seguiría pareciendo un conchudo y un forro.
- Y bueno, para finalizar, la excusa que puso Miceli. “Iba a comprar un inmueble con esa plata, me la prestó mi hermano”. Realmente no la creo. Hubiese preferido que siga manteniendo la primera excusa que tiró, la cual si es más creíble. Es que en su oportunidad, al dar una conferencia de prensa sobre la falta de energía y el voraz aumento de las tarifas (la cual fue dada solo dos horas luego de habérsele encontrado el sobre en el baño), Miceli manifestó sobre el final de la misma, que no había de que preocuparse, que el sobre no denotaba un acto de corrupción, que tan solo con ese dinero iba a intentar “pagar las cuentas de luz, gas y demás servicios” que le habían llegado a su domicilio, las cuales demostraban un aumento fuera de lo común. De haber sido verdad, hubiese sido una actitud sumamente honesta.

1 comentario:

MarcosKtulu dijo...

Don Aníbal no es el ministro del interior? Que confusión, parecen Kohan y Korach.
Feliza: devolvé la bolsa