domingo, 7 de octubre de 2007

Otra vez, los intolerantes de siempre

Ayer por la tarde jugaban Armenio vs All-boys, por la 10ª fecha del Torneo de Primera B Metropolitana “Efectivo Si!”. El match terminó 1 a 1, consiguiendo así el albo de floresta, un punto súper valiosisimo para seguir peleando allí, arriba de la tabla, de donde tan enganchado se encuentra.
Pero la cuestión central no refiere a esto. Es que el Arbitro que dirigía el partido, Azpiolea (con una excelente trayectoria, y hasta, podría decir, que tengo una relación de amistad con él, y es MI AMIGO!!!), cometió un simple error. Sucedió al tener que amonestar a un jugador de All-boys, por una simple falta (Vamos Azpio, no era para amarilla, le erraste, era un simple foul), lo cual el árbitro del encuentro hizo. Lo que no se acordaba, producto, seguramente, de la vorágine laboral del arbitraje, es que ese jugador, ya estaba amonestado, y que debió expulsarlo. Así, lo dejó jugar el resto del partido, que eran tan solo (si, tan solo, y pensar, que mucha gente se queja por esto) unos pequeños 25 minutos.
Es cierto, cometió un error. Pero qué, ¿a caso un error no lo puede cometer cualquiera?. Un hombre de la trayectoria como Azpiolea no merece ser repudiado por la comunidad deportiva, toda vez que nos estamos encontrando ante una eminencia del arbitraje del ascenso. Sus errores deberían de serles perdonados como los que solemos perdonarle nosotros a Diego Armando Maradona, una eminencia tan o quizá, más importante que el árbitro Azpiolea.
Realmente me indigno ante las palabras de los intolerantes de siempre, que quieren repudiar cualquier mínimo error de un árbitro, tan solo, para ponerle palos en la rueda, y no permitirle desarrollar con naturalidad su labor. Allá ellos. No les paso bola.
Estos hechos indignantes, protagonizados por los “hinchas” de fútbol, son los que terminan generando que, se reúnan los árbitros en convención en la AFA, para sentirse protegidos, y ver realmente, que se puede hacer, ante semejante hola de intolerancia, toda vez que la labor, encima, está bien llevada a cabo, pero con mínimos errores, que forman parte del trabajo del árbitro. Es por ello, que además, siento la imperiosa necesidad de remarcar la valentía y entereza del ex – árbitro, hoy excelente abogado y ejemplo a seguir por toda la comunidad de árbitros y también la abogadil, Guillermo Marconi. Es el que supo, de una buena vez, con pura garra, levantarse de los cómodos sillones de paneles de varios canales de televisión, para dejar de engordar su trasero, y responder ante las intolerables acusaciones de jugadores, hinchas, dirigentes y DTs, para con los árbitros.
Espeluznantes hechos. Terrible intolerancia. Pero no van a poder con la inteligencia arbitral.

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